La Asociación Americana de Diabetes promueve el uso correcto de la aspirina en pacientes diabéticos, para aprovechar sus múltiples beneficios en el tratamiento de diversas molestias físicas.
La aspirina o ácido acetil salicílico es un medicamento centenario que ha demostrado propiedades beneficiosas muy distantes de las concebidas en un inicio. Los pacientes que han sufrido un infarto cerebral o un síndrome coronario agudo como angina de pecho o infarto de miocardio, reciben tratamiento con aspirina en virtud de la llamada prevención secundaria, es decir impedir que se repita el episodio isquémico con la lesión estructural desarrollada.
La diabetes mellitus es una de las enfermedades crónicas más prevalentes en el mundo occidental y además en virtud del crecimiento poblacional, en especial por el envejecimiento, está aumentando de forma alarmante, incluso más en los países en vías de desarrollo. La principal causa de morbimortalidad en diabéticos es la relacionada con episodios isquémicos, especialmente coronarios.
Un uso correcto
Para tener unas normas del correcto tratamiento de los pacientes con enfermedades crónicas, diversas entidades científicas elaboran protocolos y guías clínicas que pretenden consensuar y homogeneizar los tratamientos, siempre, o al menos en la mayoría de las ocasiones, en función de la mejor evidencia científica.
Así la American Diabetes Association (ADA) ha publicado, como todos los años sus directrices para el año entrante. En esta ocasión, indica que aspirina debe ser prescrita a no ser que exista una contraindicación formal, en todos los diabéticos en prevención secundaria a dosis de 75 a 162 miligramos diarios. También la recomienda en prevención primaria, es decir antes de que se desarrollen episodios clínicos de isquemia, en diabéticos mayores de 40 años o con factores de riesgo cardiovascular añadido (historial familiar de antecedentes cardiovasculares, hipertensión, tabaquismo o dislipemia). Este organismo también recomienda considerar su empleo en pacientes con los criterios anteriores pero de 30 a 40 años.
Dosis empleadas
Un meta-análisis y un gran número de estudios clínicos avalan la eficacia del uso de ácido acetilsalicílico como medida preventiva de accidentes cardiovasculares, incluyendo el infarto de miocardio y el ictus. Las investigaciones han demostrado un descenso de alrededor del 30 % de los infartos de miocardio y del 20% del ictus en un amplio grupo de pacientes, incluyendo pacientes jóvenes y de mediana edad, pacientes con y sin historial de antecedentes cardiovasculares, hombres y mujeres, y pacientes con hipertensión. Las dosis de ácido acetilsalicílico usadas en la mayoría de las investigaciones clínicas van desde 75 a 325 mg/día. No hay evidencias que puedan apoyar el uso de una dosis específica, pero es recomendable una dosis baja (100mg/día). Sin embargo sólo un 40 % de pacientes diabéticos con enfermedad cardiovascular clínica y un 13% de los candidatos a prevención primaria reciben el tratamiento, lo que resulta absolutamente inadecuado.
La diabetes mellitus es una de las enfermedades crónicas más prevalentes en el mundo occidental y además en virtud del crecimiento poblacional, en especial por el envejecimiento, está aumentando de forma alarmante, incluso más en los países en vías de desarrollo. La principal causa de morbimortalidad en diabéticos es la relacionada con episodios isquémicos, especialmente coronarios.
Un uso correcto
Para tener unas normas del correcto tratamiento de los pacientes con enfermedades crónicas, diversas entidades científicas elaboran protocolos y guías clínicas que pretenden consensuar y homogeneizar los tratamientos, siempre, o al menos en la mayoría de las ocasiones, en función de la mejor evidencia científica.
Así la American Diabetes Association (ADA) ha publicado, como todos los años sus directrices para el año entrante. En esta ocasión, indica que aspirina debe ser prescrita a no ser que exista una contraindicación formal, en todos los diabéticos en prevención secundaria a dosis de 75 a 162 miligramos diarios. También la recomienda en prevención primaria, es decir antes de que se desarrollen episodios clínicos de isquemia, en diabéticos mayores de 40 años o con factores de riesgo cardiovascular añadido (historial familiar de antecedentes cardiovasculares, hipertensión, tabaquismo o dislipemia). Este organismo también recomienda considerar su empleo en pacientes con los criterios anteriores pero de 30 a 40 años.
Dosis empleadas
Un meta-análisis y un gran número de estudios clínicos avalan la eficacia del uso de ácido acetilsalicílico como medida preventiva de accidentes cardiovasculares, incluyendo el infarto de miocardio y el ictus. Las investigaciones han demostrado un descenso de alrededor del 30 % de los infartos de miocardio y del 20% del ictus en un amplio grupo de pacientes, incluyendo pacientes jóvenes y de mediana edad, pacientes con y sin historial de antecedentes cardiovasculares, hombres y mujeres, y pacientes con hipertensión. Las dosis de ácido acetilsalicílico usadas en la mayoría de las investigaciones clínicas van desde 75 a 325 mg/día. No hay evidencias que puedan apoyar el uso de una dosis específica, pero es recomendable una dosis baja (100mg/día). Sin embargo sólo un 40 % de pacientes diabéticos con enfermedad cardiovascular clínica y un 13% de los candidatos a prevención primaria reciben el tratamiento, lo que resulta absolutamente inadecuado.
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