Los seres humanos pocas veces recurrimos a un médico cuando estamos "sanos", bueno, sanos entre comillas, porque muchas veces nuestro organismo reacciona con sintomatología hasta que algo anda mal en él, y por si fuera poco, casi nunca atendemos las recomendaciones que nos dan de primera mano.
Por ejemplo, el corazón es una bomba potente responsable de suministrar sangre a todos los órganos vitales a través de una compleja red de arterias y venas, y suele ser afectado principalmente por enfermedades como hipertensión arterial, colesterol elevado y diabetes, las cuales se derivan de malos hábitos de vida como poca o nula actividad física, consumo de alimentos ricos en grasas, sobrepeso u obesidad, tabaquismo, estrés, entre otros, expresó el doctor Jorge Almada, médico adscrito a la Unidad Coronaria del Hospital General de México.A pesar de que son varias las enfermedades responsables de maltratar al corazón, todas ellas llegan a ocasionar un proceso conocido como aterosclerosis, que no es otra cosa que la formación de depósitos de grasa, colesterol y otras sustancias en las paredes internas de las arterias. “Estos depósitos conocidos como placas, al crecer producen una obstrucción cada vez mayor del flujo sanguíneo a través de la arteria e incluso formar un coágulo que bloqueé completamente la arteria, ocasionando un infarto o ataque al corazón”, precisó el especialista.El cardiólogo Jorge Almada mencionó que cuando se ha identificado alguna enfermedad como hipertensión arterial, colesterol elevado o diabetes mellitus, es fundamental, junto con la modificación de hábitos de vida saludables, llevar un tratamiento farmacológico que además de controlar la enfermedad contribuya en la prevención de daño en el corazón.“Actualmente la ciencia médica ha desarrollado innovadores tratamientos para el control de las enfermedades del corazón, como el caso de un inhibidor dual del colesterol (compuesto de ezetimiba y simvastatina), el cual bloquea la producción de colesterol en el hígado, así como la absorción del colesterol en el intestino, proveniente de los alimentos consumidos. Atacando las dos fuentes de colesterol podemos controlar la hipercolesterolemia y evitar la aparición de un infarto del corazón”
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