Está muy claro que el estilo de vida influye en la salud de nuestro corazón, pero existe también cada vez más evidencia de que también afecta a la salud de nuestro cerebro, según Jano On-line.
En las páginas de "Alzheimer's & Dementia" se corrobora esa última afirmación, a través del análisis de un importante número de estudios realizados con personas ancianas. Los autores, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos), concluyen que factores relacionados tradicionalmente con la salud cardíaca, como la hipertensión arterial, la diabetes o la práctica de ejercicio, también parecen ser claves para mantener intacta la función cognitiva.
El artículo es una revisión que incluyó 96 análisis de 26 grandes estudios norteamericanos y europeos. Los investigadores observaron que estos estudios mostraban en sus resultados un alto nivel de consistencia en relación con algunos factores de riesgo.
Por ejemplo, destacan que existen claras asociaciones entre la presión arterial elevada y una peor función cognitiva. También que aquellas personas que practican ejercicio físico mantienen mejor sus capacidades mentales.
Las causas de estas asociaciones no están claras, según los autores, pero creen que el daño en los vasos sanguíneos que se observa en las personas con factores de riesgo cardiovascular puede ser una explicación sobre su influencia negativa sobre la función mental.
Por todo ello, ponen de manifiesto que lo mismo que se recomienda a las personas para mantener una buena salud cardíaca –ejercicio moderado, dieta sana, prevención y control de enfermedades como la hipertensión o la diabetes- es también lo recomendable para proteger la salud mental frente al paso del tiempo.
En las páginas de "Alzheimer's & Dementia" se corrobora esa última afirmación, a través del análisis de un importante número de estudios realizados con personas ancianas. Los autores, de la Universidad de Indiana (Estados Unidos), concluyen que factores relacionados tradicionalmente con la salud cardíaca, como la hipertensión arterial, la diabetes o la práctica de ejercicio, también parecen ser claves para mantener intacta la función cognitiva.
El artículo es una revisión que incluyó 96 análisis de 26 grandes estudios norteamericanos y europeos. Los investigadores observaron que estos estudios mostraban en sus resultados un alto nivel de consistencia en relación con algunos factores de riesgo.
Por ejemplo, destacan que existen claras asociaciones entre la presión arterial elevada y una peor función cognitiva. También que aquellas personas que practican ejercicio físico mantienen mejor sus capacidades mentales.
Las causas de estas asociaciones no están claras, según los autores, pero creen que el daño en los vasos sanguíneos que se observa en las personas con factores de riesgo cardiovascular puede ser una explicación sobre su influencia negativa sobre la función mental.
Por todo ello, ponen de manifiesto que lo mismo que se recomienda a las personas para mantener una buena salud cardíaca –ejercicio moderado, dieta sana, prevención y control de enfermedades como la hipertensión o la diabetes- es también lo recomendable para proteger la salud mental frente al paso del tiempo.
VGC
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