La obesidad es uno de los problemas sanitarios más importantes en los países desarrollados, así lo certifican los datos de la Organización Mundial de la Salud, según los cuales, más de un billón de adultos en todo el mundo sufren sobrepeso, y lo que es más preocupante, veintidós millones de niños de menos de cinco años de edad son obesos, publicó websalud.com.
El principal mecanismo implicado en la aparición de esta enfermedad es la activación de determinadas sustancias que envían una información errónea al cerebro, consiguiendo que las personas con sobrepeso no experimenten sensación de saciedad, como sí ocurre en las personas que tienen un peso saludable.
La obesidad debe ser considerada como patología grave, porque tiene repercusiones negativas en todos los órganos del cuerpo, de hecho, las personas obesas pueden padecer hipertensión arterial, diabetes mellitus, infartos de miocardio y cerebrales, y tienen un riesgo más elevado para sufrir determinados tipos de cáncer, así como trastornos psicológicos debido a las consecuencias sociales derivadas de su apariencia física.
Para prevenir el sobrepeso es fundamental llevar a cabo una vida saludable, realizando una dieta equilibrada y practicando ejercicio físico habitualmente. Pero una vez adquirida la enfermedad, la cirugía es la solución más eficaz ya que ha supuesto una revolución en el tratamiento. Con esta operación se trata de reducir la capacidad del estómago del paciente y disminuir la absorción de grasas a lo largo del intestino
El tiempo ha consolidado esta técnica y ha permitido su evolución al introducir nuevas prácticas quirúrgicas menos invasivas, lo que ha implicado una considerable mejoría en la calidad de vida de los pacientes.
Pero a pesar de la efectividad de la cirugía, se está estudiando a determinadas hormonas intestinales como posibles medidas terapéuticas frente a la obesidad mórbida. Según los estudios, el intestino libera varias hormonas durante la digestión que envían información al cerebro, la cual, una vez procesada, se traduce en una sensación de plenitud y de falta de apetito. En las personas con sobrepeso estas hormonas podrían ser insuficientes o seguir un circuito erróneo, por eso, la administración de las hormonas deficitarias o alteradas constituye el centro de todas las investigaciones actuales en el campo de la obesidad mórbida. Y debido al avance de los estudios, en un futuro próximo la técnica quirúrgica puede ser sustituida definitivamente por la terapia hormonal.
El principal mecanismo implicado en la aparición de esta enfermedad es la activación de determinadas sustancias que envían una información errónea al cerebro, consiguiendo que las personas con sobrepeso no experimenten sensación de saciedad, como sí ocurre en las personas que tienen un peso saludable.
La obesidad debe ser considerada como patología grave, porque tiene repercusiones negativas en todos los órganos del cuerpo, de hecho, las personas obesas pueden padecer hipertensión arterial, diabetes mellitus, infartos de miocardio y cerebrales, y tienen un riesgo más elevado para sufrir determinados tipos de cáncer, así como trastornos psicológicos debido a las consecuencias sociales derivadas de su apariencia física.
Para prevenir el sobrepeso es fundamental llevar a cabo una vida saludable, realizando una dieta equilibrada y practicando ejercicio físico habitualmente. Pero una vez adquirida la enfermedad, la cirugía es la solución más eficaz ya que ha supuesto una revolución en el tratamiento. Con esta operación se trata de reducir la capacidad del estómago del paciente y disminuir la absorción de grasas a lo largo del intestino
El tiempo ha consolidado esta técnica y ha permitido su evolución al introducir nuevas prácticas quirúrgicas menos invasivas, lo que ha implicado una considerable mejoría en la calidad de vida de los pacientes.
Pero a pesar de la efectividad de la cirugía, se está estudiando a determinadas hormonas intestinales como posibles medidas terapéuticas frente a la obesidad mórbida. Según los estudios, el intestino libera varias hormonas durante la digestión que envían información al cerebro, la cual, una vez procesada, se traduce en una sensación de plenitud y de falta de apetito. En las personas con sobrepeso estas hormonas podrían ser insuficientes o seguir un circuito erróneo, por eso, la administración de las hormonas deficitarias o alteradas constituye el centro de todas las investigaciones actuales en el campo de la obesidad mórbida. Y debido al avance de los estudios, en un futuro próximo la técnica quirúrgica puede ser sustituida definitivamente por la terapia hormonal.
VGC
No hay comentarios.:
Publicar un comentario