La diabetes tipo 2 es el trastorno endocrino-metabólico más frecuente y suele aparecer en adultos de mediana edad, aunque en los últimos años se ha producido un incremento en la incidencia de diabetes tipo 2 en niños y adolescentes debido al aumento de la obesidad infantil.
El riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 aumenta por obesidad, sedentarismo, alto consumo de grasas saturadas, de alcohol y de tabaco. La resistencia a la insulina característica de la diabetes tipo 2, conlleva un aumento de azúcar en la sangre (hiperglucemia) que impone daños oxidativos muy importantes al organismo. Minerales como el cobre y el zinc, esenciales para que la importante enzima antioxidante superóxido dismutasa –SOD- funcione correctamente, se encuentran en niveles extremadamente bajos en los diabéticos debido seguramente al exceso de pérdidas por la orina. La diabetes ataca por lo tanto en varios bandos, porque al mismo tiempo que aumentan los radicales libres (responsables de la oxidación) en el organismo, disminuyen las defensas contra éstos. Por eso, para disminuir los efectos dañinos de la diabetes, la ingesta de antioxidantes es muy beneficiosa. Se ha visto que altas dosis de vitamina E y de vitamina C, además del ácido alfa lipoico, ayudan a prevenir muchas de las complicaciones causadas por la enfermedad: 900 mg de vitamina E al día mejoran significativamente la función nerviosa periférica, 600 a 1200mg de ácido alfa lipoico ayudan al control del azúcar en sangre y 500 mg de vitamina C refuerzan los vasos sanguíneos debilitados por la enfermedad.Hace tiempo que los nutricionistas conocen la ventaja de los flavonoides (como el picnogenol) para reforzar la debilidad capilar característica de la diabetes. Los flavonoides pueden estabilizar también la retinopatía causada por la enfermedad. Alimentos ricos en flavonoides son el vino tinto o el zumo de uva pero como ni el alcohol ni el azúcar son recomendables para los diabéticos, lo mejor es optar por el extracto de semilla de uva negra, la cúrcuma (especia que da el color amarillo a muchos guisos) y el té verde, todos ricos en flavonoides.Además de tener altos niveles de azúcar en la sangre los diabéticos tienen alto el nivel de triglicéridos porque la enzima responsable de eliminar el exceso depende de niveles normales de insulina. Una dieta rica en grasas saturadas hace que aumenten los triglicéridos y el riesgo de enfermedades coronarias. Por el contrario, el ejercicio regular consigue que disminuyan tanto los triglicéridos como el riesgo cardiovascular.Es muy recomendable para los diabéticos el pescado graso ya que el omega 3 de los ácidos grasos poliinsaturados del pescado ayuda a disminuir los triglicéridos y el colesterol LDL (el «malo »).El cromo ayuda a disminuir el nivel de triglicéridos en diabetes del tipo 2, además de tener la ventaja de quitar el ansia de comer dulce. Algunos científicos piensan que la falta de cromo puede llevar a la resistencia a la insulina, el principal síntoma de la diabetes tipo 2.La avena es otro alimento estrella. Tanto diabéticos como prediabéticos deberían consumir este alimento de forma habitual ya que los beta glucanos de la avena reducen la absorción de azúcar y de grasas desde el intestino, bajando así el nivel de azúcar en sangre, de triglicéridos y de colesterol LDL.El índice glucémico (IG) de los alimentos también es importante a la hora de seleccionar una dieta que estabilice los niveles de azúcar en sangre. Cuando se consumen carbohidratos, aumenta el nivel de azúcar en sangre. Los carbohidratos simples (o azúcares refinados) causan un aumento elevado de azúcar en sangre, es decir que tienen un alto IG. Por otro lado, los carbohidratos complejos (cereales integrales, leguminosas y hortalizas) producen un menor aumento del azúcar en sangre, es decir que su IG es bajo. Optar por una alimentación con bajo IG no sólo mejora muchos aspectos de la diabetes tipo 2 sino que reduce el riesgo de desarrollarla.
Para terminar, unos consejos básicos:
- Si es obeso, pierda peso.
- Reduzca dulces, bebidas azucaradas y harinas refinadas, y aumente el consumo de cereales completos (en especial la avena) y las leguminosas.
- Disminuya el consumo de carnes rojas y lácteos enteros(por su contenido en grasas saturadas).-
Más omega 3 y omega 6 (pescados grasos y nueces respectivamente).
- Extracto de semilla de uva negra, cúrcuma y té verde. Puede tomar vino tinto por ser rico en flavonoides, pero sin abusar.
- Suplementos de vitaminas E y C.
- Frutas y verduras frescas.
- Alimentos ricos en los minerales cobre(guisantes, habas, rábanos, almendras, nueces), zinc (ostras, membrillo, langostinos, espinacas, lechuga, espárragos, tomate) y cromo (manzana, huevos, nueces, champiñones, bróculi, tomate).
- Aceite de oliva (bueno para la circulación sanguínea).
jueves, enero 19, 2006
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario