viernes, junio 09, 2006

El maltrato crea niños obesos

Estudios en la ciudad de Chicago establecen que un ambiente familiar tenso repercute de manera directa en los niños, quienes empiezan a generar estrés.


Los hijos de padres muy estrictos con la disciplina serían más propensos a desarrollar obesidad a partir de los seis años. Un estudio sugiere que comerían de más como una reacción natural a la presión que reciben de sus mayores.
El trabajo realizado por científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Boston, en los Estados Unidos, mostró que las madres estrictas tenían casi cinco veces más posibilidades de criar a preescolares rellenitos que las que trataban a sus hijos con flexibilidad y respeto, al mismo tiempo que establecían reglas claras.
Asimismo, la investigación publicada en el último número de la revista Pediatrics halló que los hijos de padres permisivos, definidos como "indulgentes" y "sin disciplina", también tenían problemas de peso, aunque menores que los anteriores. En tanto, los hijos de padres "descuidados" obtuvieron resultados similares a los hijos de padres permisivos.
El estudio incluyó a 872 chicos, que desde su nacimiento, en 1991, participan de otro estudio nacional. "Entre los cuatro estilos de paternidad, el autoritarismo estuvo relacionado con un mayor riesgo de sobrepeso infantil", concluyó el estudio.
Dicen los autores: "Los resultados proporcionan evidencia de que un ambiente estricto y con falta de sensibilidad emocional aumenta el riesgo de fomentar el sobrepeso infantil". Ocurre que los padres estrictos establecerían límites sobre dónde y cuándo comer que causarían un efecto negativo en los chicos cuando no van acompañados de "calidez y sensibilidad", explicaron los científicos.
Respuesta al estrés
Vivir en un hogar con altas expectativas de autocontrol paterno, pero con poca sensibilidad, podría ser estresante, por lo que comer de más se transformaría en una posible respuesta al estrés.
Al analizar por separado las conductas maternas y las paternas, las mujeres estrictas eran cinco veces más propensas a criar chicos obesos que las madres que tenían un trato flexible y respetuoso, aunque sin dejar de establecer reglas claras de comportamiento. Pero mientras los hijos de estas mujeres evitaban el sobrepeso, los chicos con madres "negligentes" y "permisivas" tenían el doble de posibilidades de padecerlo.

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