Según la Agencia de noticias Reuters, el motivo de este efecto aparente aún no está claro, aunque es posible que los minerales y químicos no nutritivos que se encuentran en gran cantidad en el café afecten favorablemente los niveles de azúcar en sangre o protejan al páncreas del estrés, señaló el informe de la University of Minnesota.
Los resultados de la investigación, publicados en Archives of Internal Medicine, se basaron en el análisis de más de 28.000 mujeres posmenopáusicas de Iowa a las que se realizó un seguimiento durante 11 años.
Cuando comenzó la investigación, más de 14.000 de las participantes -alrededor de la mitad- bebían entre una y tres tazas de café por día, 2.875 consumían más de seis tazas diarias, 5.554 tomaban cuatro a cinco tazas, 3.231 menos de una taza por día y 2.928 no bebía café.
En los 11 años de seguimiento, 1.418 participantes informaron mediante sondeos que habían sido diagnosticadas por primera vez con diabetes tipo 2.
Las mujeres que tomaban más de seis tazas diarias de cualquier tipo de café eran un 22 por ciento menos propensas que aquellas que no tomaban la infusión a desarrollar diabetes, según demostró el estudio.
En tanto, aquellas participantes que tomaban más de seis tazas de café descafeinado por día registraban una reducción del riesgo del 33 por ciento, comparadas con las mujeres que no consumían café, añadieron los investigadores.
Si bien la implicancia es que otra cosa diferente de la cafeína está operando en este proceso, el estudio no estaba preparado para explorar las causas, indicó el informe.
Investigaciones anteriores presentaron resultados mixtos en cuanto a si la cafeína aumenta o disminuye el riesgo de diabetes entre los adultos.
Un estudio previo llevado a cabo en Finlandia, país de mayor consumo de café del mundo, halló que los hombres y las mujeres que tomaban 10 o más tazas diarias de la infusión tienen el menor riesgo de padecer diabetes adulta, señaló el nuevo reporte.
No obstante, en el país nórdico el café descafeinado no es de consumo extendido, agregó el informe.
"A pesar de que la prevención de primera línea para la diabetes es el ejercicio y la dieta, a la luz de la popularidad del consumo de café y las altas tasas de diabetes mellitus tipo 2 en los adultos mayores, estos hallazgos tendrían una gran importancia en términos de salud pública," concluyó el estudio.
Los resultados de la investigación, publicados en Archives of Internal Medicine, se basaron en el análisis de más de 28.000 mujeres posmenopáusicas de Iowa a las que se realizó un seguimiento durante 11 años.
Cuando comenzó la investigación, más de 14.000 de las participantes -alrededor de la mitad- bebían entre una y tres tazas de café por día, 2.875 consumían más de seis tazas diarias, 5.554 tomaban cuatro a cinco tazas, 3.231 menos de una taza por día y 2.928 no bebía café.
En los 11 años de seguimiento, 1.418 participantes informaron mediante sondeos que habían sido diagnosticadas por primera vez con diabetes tipo 2.
Las mujeres que tomaban más de seis tazas diarias de cualquier tipo de café eran un 22 por ciento menos propensas que aquellas que no tomaban la infusión a desarrollar diabetes, según demostró el estudio.
En tanto, aquellas participantes que tomaban más de seis tazas de café descafeinado por día registraban una reducción del riesgo del 33 por ciento, comparadas con las mujeres que no consumían café, añadieron los investigadores.
Si bien la implicancia es que otra cosa diferente de la cafeína está operando en este proceso, el estudio no estaba preparado para explorar las causas, indicó el informe.
Investigaciones anteriores presentaron resultados mixtos en cuanto a si la cafeína aumenta o disminuye el riesgo de diabetes entre los adultos.
Un estudio previo llevado a cabo en Finlandia, país de mayor consumo de café del mundo, halló que los hombres y las mujeres que tomaban 10 o más tazas diarias de la infusión tienen el menor riesgo de padecer diabetes adulta, señaló el nuevo reporte.
No obstante, en el país nórdico el café descafeinado no es de consumo extendido, agregó el informe.
"A pesar de que la prevención de primera línea para la diabetes es el ejercicio y la dieta, a la luz de la popularidad del consumo de café y las altas tasas de diabetes mellitus tipo 2 en los adultos mayores, estos hallazgos tendrían una gran importancia en términos de salud pública," concluyó el estudio.
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