Cada 30 segundos se realiza en algún lugar del mundo una amputación provocada por la diabetes, referencia tomada del mensuario especializado Diabetes voice, y evocada por científicos cubanos, al anunciar la creación de un medicamento inyectable que acelera la curación de úlceras de pie en los diabéticos y reduce el riesgo de amputación, según una nota publicada por La Jornada.
El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), insignia de la ciencia cubana, presentó a la prensa su más reciente producto, basado en el factor de crecimiento epidérmico humano recombinante (FCE Hu-r), que sale al paso del "grave problema médico no resuelto a escala mundial" de la insuficiente cicatrización del diabético.
El científico estadunidense Stanley Kohen identificó en los años 60 el FCE Hu-r, una proteína presente en animales y el hombre, por lo que recibió en 1986 el Premio Nobel de Medicina.
Una lesión ulcerosa, que puede surgir de una pequeña rozadura en el pie, es una de las complicaciones más comunes de la diabetes mellitus, una enfermedad que afecta en el mundo a una población de entre 170 y 194 millones de personas (35 millones en la India, 23 en China, 20 en Estados Unidos y 33 en América Latina).
Shock por amputación
Aunque hay tratamientos para esos casos, algunos pacientes no reaccionan a éstos, en particular si surgen infecciones o falta de irrigación sanguínea en el área afectada, lo que arrastra al enfermo a la amputación, según los reportes del CIGB.
Entre 10 y 15 por ciento de diabéticos desarrolla la úlcera de pie, y entre 10 y 15 por ciento de esos casos termina con amputaciones, refiere un estudio de la institución. La mitad de afectados puede perder parte de la otra extremidad en un lapso de entre dos y cinco años.
Menos de la mitad de los diabéticos con una amputación mayor sobrevivirá en los cinco años siguientes a la crisis.
El CIGB estudió en la década pasada el efecto del FCE Hu-r en la restauración de daños en los nervios periféricos sometidos a traumas severos, indicó el doctor Jorge Berlanga Acosta, parte del equipo que desarrolló el nuevo producto.
Los resultados favorables permitieron la elaboración del fármaco, llamado Citoprot-P, que se infiltra en la lesión y en su periferia, y contribuye al restablecimiento del tejido de granulación, el material de "soldadura" de los tejidos ante los traumas abiertos, aseguró Berlanga.
El efecto es positivo también en estados avanzados de la enfermedad, cuando se han producido neuropatías o isquemias.
Al estimular progresivamente la granulación y la cicatrización, el fármaco reduce la necesidad de intervenciones para la remoción de tejido dañado y disminuye la necesidad de amputación, indicó el informe del CIGB.
En un estudio clínico piloto realizado entre 2001 y 2002, el Citoprot-P se aplicó a 29 pacientes condenados a una amputación por úlceras mayores a 20 centímetros cuadrados (grados tres y cuatro de la escala de Wagner, de cinco niveles) y 58 por ciento salvó la extremidad.
El año pasado concluyó un estudio clínico de fase II en 41 pacientes de estado similar. Los resultados difundidos hasta ahora son que la herida cerró totalmente en 53 por ciento de los pacientes y 66 por ciento se salvaron de la amputación.
Con esos antecedentes, el medicamento fue sometido al análisis oficial respectivo y es inminente su registro sanitario. Ya recibió patentes en Australia, Singapur y Sudáfrica y su estudio clínico en Cuba pasará a ser de alcance nacional.
El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), insignia de la ciencia cubana, presentó a la prensa su más reciente producto, basado en el factor de crecimiento epidérmico humano recombinante (FCE Hu-r), que sale al paso del "grave problema médico no resuelto a escala mundial" de la insuficiente cicatrización del diabético.
El científico estadunidense Stanley Kohen identificó en los años 60 el FCE Hu-r, una proteína presente en animales y el hombre, por lo que recibió en 1986 el Premio Nobel de Medicina.
Una lesión ulcerosa, que puede surgir de una pequeña rozadura en el pie, es una de las complicaciones más comunes de la diabetes mellitus, una enfermedad que afecta en el mundo a una población de entre 170 y 194 millones de personas (35 millones en la India, 23 en China, 20 en Estados Unidos y 33 en América Latina).
Shock por amputación
Aunque hay tratamientos para esos casos, algunos pacientes no reaccionan a éstos, en particular si surgen infecciones o falta de irrigación sanguínea en el área afectada, lo que arrastra al enfermo a la amputación, según los reportes del CIGB.
Entre 10 y 15 por ciento de diabéticos desarrolla la úlcera de pie, y entre 10 y 15 por ciento de esos casos termina con amputaciones, refiere un estudio de la institución. La mitad de afectados puede perder parte de la otra extremidad en un lapso de entre dos y cinco años.
Menos de la mitad de los diabéticos con una amputación mayor sobrevivirá en los cinco años siguientes a la crisis.
El CIGB estudió en la década pasada el efecto del FCE Hu-r en la restauración de daños en los nervios periféricos sometidos a traumas severos, indicó el doctor Jorge Berlanga Acosta, parte del equipo que desarrolló el nuevo producto.
Los resultados favorables permitieron la elaboración del fármaco, llamado Citoprot-P, que se infiltra en la lesión y en su periferia, y contribuye al restablecimiento del tejido de granulación, el material de "soldadura" de los tejidos ante los traumas abiertos, aseguró Berlanga.
El efecto es positivo también en estados avanzados de la enfermedad, cuando se han producido neuropatías o isquemias.
Al estimular progresivamente la granulación y la cicatrización, el fármaco reduce la necesidad de intervenciones para la remoción de tejido dañado y disminuye la necesidad de amputación, indicó el informe del CIGB.
En un estudio clínico piloto realizado entre 2001 y 2002, el Citoprot-P se aplicó a 29 pacientes condenados a una amputación por úlceras mayores a 20 centímetros cuadrados (grados tres y cuatro de la escala de Wagner, de cinco niveles) y 58 por ciento salvó la extremidad.
El año pasado concluyó un estudio clínico de fase II en 41 pacientes de estado similar. Los resultados difundidos hasta ahora son que la herida cerró totalmente en 53 por ciento de los pacientes y 66 por ciento se salvaron de la amputación.
Con esos antecedentes, el medicamento fue sometido al análisis oficial respectivo y es inminente su registro sanitario. Ya recibió patentes en Australia, Singapur y Sudáfrica y su estudio clínico en Cuba pasará a ser de alcance nacional.
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