El dolor crónico es un problema de salud pública en México, donde los pacientes muchas veces lo pasan por alto sin considerar que es una alerta de que algo amenaza la salud, señaló la neuróloga Argelia Lara, según una nota publicada en Milenio.
La especialista explicó que el dolor crónico es consecuencia de enfermedades como cánceres, VIH/Sida, diferentes enfermedades reumáticas y trastornos neuropáticos.
En esos casos, dijo a Notimex la doctora adscrita a la Clínica del Dolor del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” de la Secretaría de Salud, el paciente siente como consecuencia un dolor de muy largo plazo, con el cual tiene que vivir durante meses, años o incluso toda su vida.
“El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable porque siempre impacta en la emoción. Eso significa que si tenemos dolor agudo generalmente está asociado con ansiedad, y si tenemos dolor crónico casi siempre está asociado con depresión, y a esto se le conoce como triada del dolor”, precisó.
La experta detalló que la triada del dolor es ansiedad, dolor, trastornos del sueño y depresión, y padecerla de manera crónica o permanente es considerado ya como una enfermedad.
“Un dolor agudo como el de una apendicitis no es tan malo porque es un mecanismo de defensa; pero un dolor crónico que dura más de un mes se convierte en una segunda enfermedad para el paciente”, indicó Argelia Lara.
El dolor crónico se puede definir como aquel que se siente por más de un mes de manera continua, y a veces no es tan bien evaluado por los médicos ni por los pacientes.
De acuerdo con estadísticas mundiales la gente se aguanta el dolor para no atenderse, y espera varios meses, incluso años, como es el caso de los mexicanos.
“Cuanto más tiempo se deja pasar para tratar un dolor es más complejo poderlo diagnosticar y controlar. O sea que el diagnóstico precoz siempre es mejor porque se puede dar un mejor manejo; es decir, se aconseja que si tienen un dolor con esas características, acudan de inmediato a su médico”, comentó.
Señaló que al dolor crónico se le debe combatir de manera enérgica con base en tratamientos multidisciplinarios, y dependiendo de la enfermedad del paciente entre las ya mencionadas.
“El dolor puede ser clave para localizar incluso otro tipo de enfermedades y por eso no conviene dejarlo pasar por alto; hay que estar atentos porque puede ser el indicio de que algo se gesta y que puede amenazar la vida del paciente”, mencionó.
Informó que hasta 80 por ciento de los dolores provocados por las enfermedades se manejan con fármacos, y entre 10 y 15 por ciento con bloqueos, con algunas técnicas intervencionistas y el resto con terapia física y psicológica.
La buena noticia, agregó, es que hay una gran variedad de opciones para la gente que padece dolor crónico con alternativas novedosas como son los medicamentos que se introdujeron a México hace unos dos años, y todo lo que es la tendencia de la neuromodulación.
Con estas novedades médicas se tratan síndromes dolorosos neuropáticos, y ejemplos básicos de la neuropatía son la diabetes, la neuralgia del trigémino y el dolor fantasma que ocurre tras las amputaciones, entre otros.
En el dolor de cáncer también ha habido muchos avances, pues ya hay medicamentos que son 700 veces más potentes que la morfina y que se pueden administrar por diferentes vías, y hay terapias transdérmicas como es el uso de parches, que son muy efectivos.
También hay técnicas intervencionistas para ayudar a combatir el dolor como son algunos bloqueos selectivos, y para casos muy graves, hay otras técnicas neuroaumentativas, que son las que se hacen en conjunto con la neurocirugía.
Consideró un mito que las mujeres aguanten más el dolor que los hombres, porque aunque éstos no saben lo que es soportar un dolor de parto sí padecen dolores comparables o más fuertes como podría ser un cólico nefrítico (cálculo renal) o el de cáncer de páncreas, que lo sufren por igual hombres y mujeres.
La especialista explicó que el dolor crónico es consecuencia de enfermedades como cánceres, VIH/Sida, diferentes enfermedades reumáticas y trastornos neuropáticos.
En esos casos, dijo a Notimex la doctora adscrita a la Clínica del Dolor del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” de la Secretaría de Salud, el paciente siente como consecuencia un dolor de muy largo plazo, con el cual tiene que vivir durante meses, años o incluso toda su vida.
“El dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable porque siempre impacta en la emoción. Eso significa que si tenemos dolor agudo generalmente está asociado con ansiedad, y si tenemos dolor crónico casi siempre está asociado con depresión, y a esto se le conoce como triada del dolor”, precisó.
La experta detalló que la triada del dolor es ansiedad, dolor, trastornos del sueño y depresión, y padecerla de manera crónica o permanente es considerado ya como una enfermedad.
“Un dolor agudo como el de una apendicitis no es tan malo porque es un mecanismo de defensa; pero un dolor crónico que dura más de un mes se convierte en una segunda enfermedad para el paciente”, indicó Argelia Lara.
El dolor crónico se puede definir como aquel que se siente por más de un mes de manera continua, y a veces no es tan bien evaluado por los médicos ni por los pacientes.
De acuerdo con estadísticas mundiales la gente se aguanta el dolor para no atenderse, y espera varios meses, incluso años, como es el caso de los mexicanos.
“Cuanto más tiempo se deja pasar para tratar un dolor es más complejo poderlo diagnosticar y controlar. O sea que el diagnóstico precoz siempre es mejor porque se puede dar un mejor manejo; es decir, se aconseja que si tienen un dolor con esas características, acudan de inmediato a su médico”, comentó.
Señaló que al dolor crónico se le debe combatir de manera enérgica con base en tratamientos multidisciplinarios, y dependiendo de la enfermedad del paciente entre las ya mencionadas.
“El dolor puede ser clave para localizar incluso otro tipo de enfermedades y por eso no conviene dejarlo pasar por alto; hay que estar atentos porque puede ser el indicio de que algo se gesta y que puede amenazar la vida del paciente”, mencionó.
Informó que hasta 80 por ciento de los dolores provocados por las enfermedades se manejan con fármacos, y entre 10 y 15 por ciento con bloqueos, con algunas técnicas intervencionistas y el resto con terapia física y psicológica.
La buena noticia, agregó, es que hay una gran variedad de opciones para la gente que padece dolor crónico con alternativas novedosas como son los medicamentos que se introdujeron a México hace unos dos años, y todo lo que es la tendencia de la neuromodulación.
Con estas novedades médicas se tratan síndromes dolorosos neuropáticos, y ejemplos básicos de la neuropatía son la diabetes, la neuralgia del trigémino y el dolor fantasma que ocurre tras las amputaciones, entre otros.
En el dolor de cáncer también ha habido muchos avances, pues ya hay medicamentos que son 700 veces más potentes que la morfina y que se pueden administrar por diferentes vías, y hay terapias transdérmicas como es el uso de parches, que son muy efectivos.
También hay técnicas intervencionistas para ayudar a combatir el dolor como son algunos bloqueos selectivos, y para casos muy graves, hay otras técnicas neuroaumentativas, que son las que se hacen en conjunto con la neurocirugía.
Consideró un mito que las mujeres aguanten más el dolor que los hombres, porque aunque éstos no saben lo que es soportar un dolor de parto sí padecen dolores comparables o más fuertes como podría ser un cólico nefrítico (cálculo renal) o el de cáncer de páncreas, que lo sufren por igual hombres y mujeres.