Algunos investigadores han descubierto que hacer sólo dieta es tan efectivo como hacerla junto con el ejercicio.
"Para bajar de peso, una persona debe mantener la diferencia entre la cantidad de calorías diarias que consume y la cantidad que quema a través del metabolismo y la actividad física", explicó en un comunicado de prensa la doctora Leanne Redman, del Centro de Investigación Biomédica Pennington, en Baton Rouge, Louisiana.
"Encontramos que no importaba si esa reducción de las calorías se lograba con la dieta o quemándolas con ejercicio diario", agregó Redman.
35 adultos saludables con sobrepeso (16 hombres y 19 mujeres) participaron en el estudio durante 6 meses.
12 realizaron sólo dieta, que disminuyó un 25% el consumo diario de calorías.
Otros 12 hicieron dieta y ejercicio, lo que redujo un 12,5% el consumo de calorías y aumentó un 12,5% el nivel de actividad física.
El grupo que sólo hizo dieta y el grupo que hizo dieta más ejercicio perdieron casi la misma cantidad de peso
Los 11 participantes restantes no modificaron la dieta o el ejercicio habitual.
El equipo dirigido por Redman halló que el grupo que sólo hizo dieta y el grupo que hizo dieta más ejercicio perdieron casi la misma cantidad de peso, aunque de diferente manera.
Ambos grupos bajaron alrededor del 10% del peso corporal, el 24% de la masa grasa y el 27% de la grasa abdominal "visceral", que es la grasa interna que aumenta el riesgo cardiovascular.
Por lo tanto, si el objetivo es sólo bajar algunos kilos, este estudio asegura que la dieta o el ejercicio darán resultado.
No obstante, los investigadores destacan que el ejercicio regular mejora la aptitud aeróbica y reduce el riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes y ciertos tipos de cáncer.
Reducción similar en todo el cuerpo
El estudio halló también que el ejercicio no logró tonificar determinadas partes del cuerpo.
La reducción de la grasa fue pareja en todo el cuerpo y no más en ciertos lugares problemáticos.
Bajar de peso no modifica la forma en la que una persona almacena la grasa
"Nuestro estudio indicaría que bajar de peso no modifica la forma en la que una persona almacena la grasa. Una manzana siempre será una manzana y una pera, una pera", concluyó Redman.
Esto sugiere que las personas están "genéticamente programadas para almacenar grasa según un determinado patrón y esa programación no se puede modificar fácilmente con la pérdida de peso", escribieron los autores en Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism .